Ese momento mágico se producirá por la
contemplación de la belleza o ante la sensación de debilidad humana, frente la grandeza
divina para los creyentes
Entramos en el mes de marzo en pleno
desarrollo del Festival de Música Antigua de Sevilla, FeMás , que este año se
celebra bajo el lema de Pasión, con el objetivo de estrechar lazos con la
sociedad sevillana acudiendo, en palabras de su director , al centro de gravedad
de las tradiciones de la primavera de Sevilla. En un ciclo en el que asistiremos
–escucharemos– a pasiones no sólo divinas, sino también humanas, de todo tiempo
y clase. Sin duda un orgullo tener un festival de esta talla en nuestra ciudad
que ya cumple su trigésimo tercera edición.
Este próximo fin de semana, viviremos en
el teatro de la Maestranza, la pasión por la danza con la presencia del Ballet
Nacional de España y su trabajo Sorolla, una puesta en
escena de Franco Dragone, fundador y director de diez espectáculos del Circo
del Sol. Un gran momento para reencontrarse con todos los estilos de la danza
española y que da una gran cabida a nuestro folclore, inspirado en la
colección Visión de España del gran pintor valenciano.
Poco a poco no acercaremos al pregón,
pasión en la palabra para exaltar nuestra semana grande. Un clásico de nuestra
ciudad que tanta pasiones levanta, en la que el elegido es sometido al riguroso
escrutinio de la oratoria, por la más rancia
sevillanía. Al que se acude con la expectación de las grandes tardes de la
Maestranza, coso, naturalmente y que significa el cohete anunciador de la
autentica pasión de Sevilla.
Y así entraremos de pleno en la pasión en
Sevilla, que este año coincide con la llegada de la primavera, con toda su
explosión de arte, olores y música invadiendo las calles de la ciudad, para
vivir ensimismados desde la ilusión del Domingo de Ramos a la nostalgia de la Resurrección, mientras
ante nuestros ojos desfilaran lo más granado de la imaginería barroca con su
proverbial y única puesta en escena, para que los sevillanos, todos los que
viven esos días en Sevilla, son sevillanos, sientan la emoción y puedan
disfrutar de ese momento mágico, que sólo en la Semana Santa de Sevilla se
puede encontrar.
Ese momento mágico se producirá por la
contemplación de la belleza o ante la sensación de debilidad humana, frente la grandeza
divina para los creyentes. Ante la certeza de que Dios te tiende la mano y
escucha tu plegaria o ante la perfección de la gubia de Juan de Mesa o Pedro
Roldán. Ante los dorados del barroco, el aroma de las flores que lo exornan o
ante la pieza musical que les acompaña en su lento caminar a hombros de sus
esforzados costaleros.
En cualquier caso Dios estará esos días
por las calles de Sevilla y en cualquier momento podremos encontrarnos con él
en cualquiera de sus versiones. Nos ayudará a entender, el sufrimiento, la
humillación, la pasión, la muerte y el dolor de una madre. Si somos capaces de
vivir ese momento mágico, habremos comprendido lo que en realidad es la Semana
Santa de Sevilla. Ojalá no le llueva.